Kombucha: ¿el elixir de la inmortalidad?
¿Qué es el Kombucha?
El Kombucha es un té fermentado, un probiótico que se produce a partir de un SCOBY (Symbiotic Culture of Bacteria and Yeast, es español, cultivo simbiótico de bacterias y levaduras), es decir un conjunto de bacterias y levaduras que viven en sinergia.
Beneficios de el Kombucha
Es desintoxicante, fundamentalmente porque ayuda al buen funcionamiento del hígado porque contiene ácido glucurónico, y por ende, a limpiar a todo nuestro organismo de toxinas.
Mejora la digestión, ya que es rica en enzimas.
Mejora nuestro sistema inmunitario, ya que regula nuestra flora intestinal, regula entre otras, las colonias de cándidas para que estén en su justa medida, y no nos den problemas.
Ayuda a mejorar la claridad mental, porque favorece el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Mejora el estado de la piel y el pelo, porque contiene gran cantidad de vitaminas del grupo B.
Aumenta tu nivel de energía.
Favorece un estado de ánimo positivo.
Los beneficios de tomar Kombucha son muchos, pero he de contaros un secreto, aunque es verdad que los emperadores de Japón y China lo tomaban porque se le atribuían grandes propiedades, dicen las malas lenguas que el nombre de “elixir de la inmortalidad” se le dio porque el SCOBY se reproduce con mucha facilidad, y es muy difícil que muera. De momento no existe nada milagroso, pero eso no quita que nos pueda ayudar a sentirnos mejor 😉
¿Cuál es el proceso?
Ingredientes
Té verde o negro ecológico
Agua destilada o mineral
Azúcar de caña o panela
SCOBY (cultivo simbiótico de bacterias y levaduras)
Preparación
Se prepara la cantidad de té que se quiera con agua destilada o mineral. Por ejemplo, para 1 litro de té, se usarán 2 ó 3 cucharaditas de té, 80gr de azúcar de caña o panela o una taza pequeña de las de café, que se disolverá cuando el agua aún esté templada.
Se hierve echa el té al agua hirviendo y se deja enfriar. Se puede echar ya el azúcar o esperar a que esté templada, pero hay que asegurarse que se disuelva bien ya que va a ser el alimento para el conjunto de microorganismos.
Una vez frío el té, se incorpora el SCOBY al bote donde vayamos a dejarlo fermentar (no antes porque sino los microorganismos podría morir, ten en cuenta que han de estar a una temperatura de unos 25ºC aproximadamente).
No olvides añadir siempre un vaso del líquido arrancador, es decir, en el que estaba el SCOBY inicialmente. Si no tienes, se puede echar una cucharada de vinagre, pero sabrá más ácido.
Lo colocas en un tarro de cristal, tapado con una gasa limpia y con una goma para que no se contamine y tápalo con un paño para que no le dé la luz del sol directamente. Intenta que esté en un sitio donde no haya mucha variación de temperatura, lo ideal es que esté entre 25ºC y 30ºC.
Una vez que han pasado de 1 semana a 1 mes (no mucho más), tú eliges cómo lo quieres de ácido (a más tiempo más ácido y menos azúcar contendrá), retira el SCOBY (previamente asegúrate de habernos lavado bien las manos), y colócalo en un plato mientras embotellas todo la Kombucha, que ahora tendrá un color más claro, excepto un vaso que servirá de líquido iniciador para la siguiente tanda de Kombucha.
¡Ojo!
Antes de manipular el SCOBY, hemos de habernos lavado bien las manos, pero con cuidado de que no haya resto de detergente que podrían matar el hongo, también se pueden desinfectar las manos con vinagre.
Hemos de desinfectar el bote donde vaya estar el SCOBY y el plato donde lo coloquemos del mismo modo.
Evita tocar el hongo con una cuchara o algo de metal, es mejor utilizar madera o plástico.
Es normal que…
Tenga un sabor ligeramente ácido.
Contenga un poco de gas.
Queden posos en el fondo (encima del SCOBY no debe haber moho ni nada sospechoso, porque eso indicaría que está muerto).
Aparezcan filamentos oscuros, que se pueden quitar filtrando el líquido cuando se pase a una botella.
¿Cómo se lleva a cabo la segunda fermentación?
Si quieres darle un sabor un poco diferente a la Kombucha, puedes meter el líquido resultante ¡sin SCOBY! en una botella o tarro cerrado herméticamente con algo de fruta (frambuesas, manzana, arándanos,…) o jengibre de 2 a 5 días a unos 25ºC, y una vez pasado ese tiempo, lo guardas en la nevera.
Los peros…
Aunque es una bebida estupenda, hay que tener en cuenta algunas cosas antes de su consumo:
- Como es un fermento, posee un ligera cantidad de alcohol, con lo que si estás embarazada, es mejor evitarla o consulta a tu médico antes de consumirla.
- Contiene azúcar, porque aunque prácticamente todo lo consume el SCOBY siempre queda algo, que dependerá del tiempo de fermentación. Así que ojo si padeces diabetes.
- Si te cuesta dormir, no lo tomes por la noche o modera su consumo porque tiene teína.
- Al principio puede producir gases o molestias hasta que tu organismo se adecue a la nuevas bacterias que están en tu cuerpo. Lo ideal es que empieces a tomar pequeñas cantidades para ver cómo te va sentando: 1/4 de vaso al día o en días alternos y para luego ir aumentando la dosis, pero tampoco conviene abusar. Ve escuchando tu cuerpo para ver cuál es la dosis que te sienta bien. Como en todo, la moderación es la virtud más elevada 🙂