Diez pautas para comenzar el frío con ánimo
Síiiii… Lo sé… El principio del frío cuesta. A veces mucho. Volver a la rutina, estar menos al aire libre, menos horas de luz y de sol. Aunque a veces apetece un poco de rutina, que además, nos puede ayudar a estar más motivados con el cambio de estación.
Como sé que esa transición a veces cuesta, quiero compartir contigo 10 pautas que a mí me ayudan a sentirme bien, incluso en los días más fríos:
- Toma el sol (siempre que se pueda). Sí, tal cual. Incluso con frío, intenta buscar un momento en el que te dé un poco el sol, aunque sean 15 minutos. Puede parecer que no es nada, pero ese “chute” de sol nos aporta vitalidad. Intenta tener descubierta alguna parte del cuerpo además de la cara (brazos o al menos antebrazos, piernas…)
- Come sano. Sé que los dulces artificiales (bollería industrial, helados prefabricados, chucherías,…) nos hacen sentir bien momentáneamente, pero muchas veces le sigue un poco de bajón, por el pico de insulina, y a veces sentimiento de culpa por sentir que no nos hemos cuidado. Además, puede que nos alteren demasiado y durmamos peor.
- Haz deporte. No hace falta que sea muy intenso, pero sí que lo hagas al menos 3 ó 4 veces a la semana. Puede ser yoga, caminar, bailar o “crossfit”, cada uno lo que le apetezca. El deporte nos ayuda a liberar endorfinas que favorecen la sensación de bienestar y felicidad. Lo importante no es la intensidad, sino la constancia. Más vale hacer 5 días a la semana una caminata, que correr 10 km un día y luego no hacer nada en dos semanas.
- Canta en la ducha. Este consejo lo puedes tomar literalmente – yo lo hago, lo confieso, y fuera de la ducha también, y bastante mal, por cierto 😉 – o puedes incorporar la música de cualquier forma que te apetezca en tu vida. Bien sea escuchándola cuando vas al trabajo, en tu casa bailando como si nadie te viera, o bien tumbado en la cama.
- Medita. No hace falta que seas un experto. Simplemente permítete estar unos minutos escuchando tu cuerpo, mirando hacia tu interior. Simplemente eso puede ayudarte a soltar ciertas tensiones del día a día, o al menos a darte cuenta de en qué punto te encuentras. La meditación dinámica a mí me va genial, pero tú puedes encontrar la tuya 🙂
- Socializa. Busca un hueco para tus amigos, aunque sea un café de media hora. Hay estudios que demuestran que estar con gente favorece que nos sintamos bien. Es verdad que cuando llueve o hace frío apetece menos que cuando están abiertas las terracitas de verano, pero “contra la pereza, diligencia”, no lo pienses mucho y sal a dar una vuelta, o sino queda con un amigo en casa.
- Tómate un tiempo para cuidarte. Cuando te des la crema después de la ducha, hazlo con cariño, masajeando tu cuerpo con calma, o busca tiempo para leer una novela que te enganche. Lo que sea pero que sea algo sólo para ti, y no para los demás.
- Haz alguna escapada a la naturaleza. Caminar entre los árboles o respirando el aire fresco de la montaña nos relaja y nos recarga de energía al mismo tiempo. Si puedes encontrar algún amigo con quien compartirlo, estupendo, sino puede ser un momento de introspección muy equilibrador.
- Márcate algún propósito. El cambio de ciclo nos puede ayudar a proponernos nuevas metas en la vida, aunque sean pequeñas, y eso motiva mucho.
- Antes de dormir, recuerda o escribe todo lo bueno que te ha pasado ese día y la gente que tienes a tu lado que te aprecia. A veces no nos damos cuenta de todo lo maravilloso que tenemos, así que pararnos un rato a conectar con lo bien que nos hace sentir tener un buen amigo, lo que nos hemos reído con ese chiste tonto que nos han contado o lo que has disfrutado con una comida, nos hace enfocarnos en el lado bueno de la vida, que es maravilloso 🙂