Conocí a Maite de un modo peculiar, en un barco cruzando el río Mekong hacia la frontera de Camboya. En seguida sentí una conexión muy especial y mucha confianza. Mi vida pasaba por un momento de cambio muy importante, así que al volver decidí hacer una sesión de polarización que no pudo ir mejor. En un momento de caos absoluto dentro de mí, la energía que Maite movilizó, la conexión que tuvimos y las sensaciones indescriptibles que pude experimentar, hicieron que poco a poco, algo se activara y mi mundo empezase a recolocarse pieza a pieza. Tranquilidad en el trabajo, asuntos pendientes comenzaban a solucionarse, mi calma interior iba en aumento... No es magia, uno debe estar dispuesto a tener una apertura al cambio, así como a recibir lo que la sesión te tenga preparado. Cualquier duda, temor o inquietud, Maite la disipa, hace que te sientas cómoda y, sobre todo, te ayuda a adentrarte en tus sentimientos y emociones de una manera, que resulta fácil y agradable.Deseando volver. ¡Lo recomiendo 100% a todo el mundo!